martes, 31 de mayo de 2016

UN MENSAJE DIFÍCIL DE INTERPRETAR

Para una institución 206 años es una buena cantidad de tiempo si el estado al que pertenece tiene la misma edad. Este es el caso del Ejército Argentino.


Por primera vez desde aquel mayo de 2003, en que Néstor Kirchner descabezó su cúpula e implementó su desguace, haciendo suya la venganza de quienes ese ejército junto a las otras fuerzas armadas y de seguridad habían derrotado, se volvió a respirar un clima de cierto respeto pero no de comprensión. Aunque tampoco se esperara que el Presidente hiciera ningún anuncio al respecto.


Admitir que "las Fuerzas Armadas vienen de años en los cuales el Estado las ignoró y las abandonó, y eso trajo problemas de presupuesto, problemas de equipamiento, de infraestructura", es poco, debió agregar también esas fuerzas, que no eran de los militares sino del pueblo, de la nación, fueron despojadas de su dignidad.

Olvidada la dignidad era mejor ir al dinero: "Y también han enfrentado severos problemas en el ingreso, en los salarios, en las jerarquías, en el no reconocimiento, en forma contributiva, para aquel que se tiene que jubilar". Lo cual no deja de ser importante para quienes fueron castigados hasta en sus haberes solo por usar uniforme. "Este Gobierno está comprometido a que las Fuerzas Armadas reciban los mismos aumentos que reciben los otros integrantes del Estado, y a rever para lograr que aquellos que se jubilan tengan la dignidad del salario que les corresponde". Hasta allí todo bien exceptuando el olvido anterior de la dignidad.


En su discurso, el presidente Mauricio Macri, señaló que "juntos tenemos enormes posibilidades de desarrollo, juntos tenemos que caminar hacia una Argentina con pobreza cero; una Argentina que enfrente y derrote el narcotráfico, que se ha transformado en un flagelo para nuestras familias; una Argentina que vuelva a tener un Estado al servicio de la gente, que la cuide, que la respete, como anuncié el día viernes en esta propuesta de ley para hacer una reparación histórica a nuestros jubilados, que han sido estafados durante tantas décadas por el Estado argentino". Y fue así que llamó a las Fuerzas Armadas a "adaptarse a los desafíos del siglo XXI". Sin mayores hipótesis de conflicto apuntó a las actividades subsidiarias, potenciando "sus capacidades de respuesta ante emergencias ambientales, profundizando la participación argentina en misiones de paz de las Naciones Unidas y… tomando protagonismo en la lucha contra el terrorismo internacional".

Resulta difícil interpretarlo.

Cuando el Presidente era un adolescente su país fue jaqueado por el terrorismo internacional. Una presidente constitucional en ejercicio ordenó a esas mismas fuerzas la aniquilación de quienes con respaldo e instrucción extranjeros pretendían subvertir el orden interno, con la aspiración de confluir en una degollina de un millón y medio de personas en pos de un estado socialista o comunista. La acción de muchos uniformados puso fin a esos sueños, en ella algunos perdieron la vida. No solo quienes fueron a la acción, también sus familias, civiles, niños.


Otros que no dudaron en combatir, Hoy, en su vejez, están presos por aquellas acciones de guerra, sin que las normas que se utilizan con otros presos se apliquen en ellos en una venganza solapada disfrazada de legalidad.

La guerra es brutal, en especial contra el terrorismo, y la brutalidad no faltó de ninguna parte. Una sociedad hipócrita decidió premiar a quienes pretendían liquidar sus instituciones y juzgar a quienes lo impidieron. Esa sociedad no se animó a poner a ambos en el banquillo de los acusados o a perdonarlos. Necesitaba culpables y utilizando las instituciones que preservaron, los condenó.


Macri ha lanzado flores al río con Hollande y con Obama, se ha lamentado por las víctimas del terrorismo en el hemisferio norte, pero quienes combatieron el terrorismo en su país siguen presos de la venganza.

¿Cómo pueden tomar sus palabras de combatir al terrorismo los jóvenes oficiales y suboficiales que saben que quienes los precedieron fueron condenados por acciones similares? ¿Qué garantía les ofrece el Presidente al intentar comprometerlos en eso? DIFÍCIL DE INTERPRETAR, DIFÍCIL DE CREER.



NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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